top of page

La clase de griego

Foto del escritor: Maite GarcíaMaite García


Hoy os dejo un texto del libro "La clase de griego" de la escritora Han Kang, premio Nobel de Literatura y de la que ya comenté el libro "La vegetariana", en este blog. Se trata de una carta que escribe a su hermana Ran, y que titula así "Querida Ran"


El texto dice 


"En estos últimos tiempos tengo una alumna que ha llamado mi atención y a la que observo con detenimiento.


Como hay tan pocos estudiantes en mis clases, puedo darme cuenta por su expresión corporal o por el brillo de sus ojos cuando algo le interesa. Sin embargo, ella no muestra ningún interés por los textos que estudiamos, por la filosofía o la literatura griega, ni tampoco por los pasajes del nuevo testamento que a veces citamos. Pero eso no significa que descuide el curso, puesto que no ha faltado ni un solo día. Parece que lo único que le atrae es el idioma, ya que presta mucha atención a la gramática y a algunas expresiones en particular.


Lo más llamativo de todo es que nunca habla ni se ríe. Cuando le dirijo la palabra en clase no responde, y tampoco habla con nadie durante los descansos. Al principio pensé que solo era una persona tímida, pero a estas alturas me parece muy raro pues en estos seis meses no la he oído hablar ni una sola vez. 


Un día un alumno al entrar en clase me comentó que ella había escrito un poema en griego. Me picó la curiosidad y le pedí que me lo enseñara, pero ella se me quedó mirando fijamente, hasta que al final recogió sus cosas y salió del aula. 


Fue entonces cuando se me ocurrió que podía ser sordomuda, que había estado siguiéndome las clases leyéndome los labios y que por eso no había mostrado ninguna reacción ante las bromas y preguntas de sus compañeros".


El texto gira en torno a una alumna que le llama la atención al docente, y dónde comenta que comienza a observarla con detenimiento. Da importancia al numero de alumnado por aula para poder hacer esto bien y en la observación de características generales de la alumna respecto a variables de la asignatura, donde nos hace saber que no muestra interés por lo que se estudia, por la materia pero que es una alumna implicada, no falta ni descuida el curso, que el idioma parece que le atrae, sobre todo la gramática y algunas expresiones y que el lo nota por la expresión corporal y el brillo de los ojos. En clase que no habla ni se ríe, y que no le responde cuando se dirige a ella y respecto a la relación con iguales tampoco habla con nadie, ni en los descansos. Que pensaba que se trataba de una persona tímida pero ahora profundiza porque cree que hay más, que no se trata de timidez. Aprecia que debido a las actitudes, comportamientos y relaciones de la alumna que pueda deberse a que sea sordomuda, ya que parece seguir las clases leyendo los labios, y que no reacciona a bromas ni a preguntas. Sabe que es creativa y que le gusta la poesía, que un día un alumno le comentó que ella había escrito un poema pero cuando se lo pidió lo recogió todo y se fue.


Es muy desesperante en la docencia ver casos así complicados, que generan malestar por no llegar al alumnado, ver que no se consiguen favorecer la consecución de los objetivos propuestos, que el alumnado se muestra reacio.


En el libro hay un capítulo acerca del mutismo, cuando se plantea el profesor que pueda existir mutismo al mandar leer, ver solo abrir y cerrar los labios, e incluso los ojos y de marcharse la alumna así del aula por sentir malestar, por murmuración, cuchicheo.  


Es una cuestión central saber lo que pasa, ver que la alumna es muy trabajadora, pero no se sabe porque no habla, ni participa, ni se implica y no hay esa conexión, ni relación entre docente y alumnado, ni alumnado entre sí, ni se puede separar lo que se es, los impulsos, el estrés, la forma de actuar de la actividad mental, y de lo que se aprende.  


Según el texto no es falta de interés ni cansancio ni desmotivación existen otras causas que el profesorado no sabe. La alumna se muestra interesada en el proceso, está atenta a lo que se dice y se hace, muestra interés referente al idioma, a la lengua, a la gramática pero no habla, no dice, utiliza el silencio, los gestos, alguna rutina, no está distraída y trabaja pero el docente ha captado un problema, no le atraen los textos, ni lo que se cita, no participa en el discurso, no responde, comenzó a pensar si sería sordomuda, notaba ese aislamiento, ese retraimiento, un obstáculo en la forma de ser y actuar en la clase, en la relación con los demás. Pensó si seria sordomuda por las reacciones aunque el texto no aclara ni resuelve el problema. Se trata de una situación extraña, como la pregunta anterior ¿Qué pasa aquí? pues algo sucedía, existía el silencio pero no tal como se pide en la docencia, como atención a lo que se dice, se enseña, sino que era un silencio extraño, sin poder participar, decir, hacer, aportar y esto es una forma de exclusión por no saber interpretar.


La manera de actuar, de ser, era un problema, existía una discapacidad en las relaciones, no se excluía, no se discriminaba pero existía un problema en la comunicación, un malestar que el docente ligaba a que no oía ni podía hablar, que era capaz pero no podía desarrollarse, algo le afectaba.


Los estudios clínicos y desde el psicoanálisis destacan que hay una perspectiva no considerada en los síntomas emocionales, en las sensibilidades, en el sufrimiento de cada uno que de cuenta de la propia necesidad, siempre son los otros sin pararse en la importancia de la persona, en saber profundizar en lo vivido, experimentado y en lo que se vive y experimenta, hay mucha dificultad entre los vínculos afectivos y que son circunstancias desfavorables para la integración social y la educativa. Cuando se expresa con gestos, se manifiesta con rasgos de impulsividad, no se quiere oír, no se quiere ver ni saber, la incapacidad de poder expresarse con significantes lingüísticos apropiados. Los síntomas son emocionales, y los síntomas emocionales revelan el sufrimiento y quizás ni se deserta a veces solo existe mutismo donde siempre medía lo que tiene que ver con las sensibilidades, las emociones.


Me gusta mucho de nuevo esta reflexión de hoy, cada vez más persisten estos retos, estos aspectos relacionados con todo lo emocional que lleven a favorecer la inclusión y la integración, que no exista la discriminación, el rechazo. En cambio existe, murmuran, cuchichean, ya al principio del libro lo dice, que prefieren que se vaya a que interrumpa con ese mutismo, lo ven como una pérdida de tiempo, que tampoco se puede esperar indefinidamente a que alguien lea, responda. 


El texto va de la lengua, los sentidos y las personas, de la sociedad. En muchas personas no se desarrollan todos los sentidos, leí que a veces elegimos cinco personas y te encuentras que cada una funciona con uno de los sentidos, entre ellas tienen sensibilidades muy distintas sea sorda, ciega, no tenga tacto, ni olfato ni gusto. Cada una se puede sentir incomprendida por la otra, si todos fuesen geómetras, se entenderían, porque entenderse aquí es cuestión de geometría, o músicos, o deportistas, pero los sentidos son más difícil de traducir, más abstractos. Se entresacan muchos gestos, muchas actuaciones, muchas lecturas, hay una serie de matices en cada uno de los sentidos que son delicados y que se nos escapan y que no se observan con el mismo interés ni la misma necesidad. La belleza para un ciego es la palabra, lo que es bueno, y lo que conoce por el tacto, para un sordo es lo hermoso, aplica el juicio de lo que ve, no la palabra, no lo que dicen, es el mismo juicio que cuando se lee un libro, o se ve una obra de teatro, cualidades y defectos, el trato sin saber que pasa, lo que ocurre en el interior, ni el saber de cada uno, lo que aporta y lo que no puede aportar. La vista es una especie de tacto. 


Para finalizar lo hago con una frase y comentar que los mismos sentidos impiden perfeccionarse, que son como la depresión, lo que decía el libro anterior de la responsabilidad, la exigencia, el compromiso, que no son enfermedad y que a nadie le gusta sentirse inferior, ni lastimado, ni quiere que se sienta lástima, tampoco sentir abuso. Que cada persona es distinta, desarrolla ciertas competencias, habilidades, tiene unas fortalezas que puede hacerla diferente en relación con parámetros normales y a la vez unas debilidades. Que normalmente se sobrevaloran las fortalezas, son las que hacen destacar y se guardan las debilidades, los defectos, se quiere hacer sentir bien y estar bien. Y que parece que el mundo ha cambiado, que es lo humano, el hombre quién tiene que hacer la fuerza y la parte animal la razón. Que la sensibilidad hacía todo puede parecer un callejón sin salida, preocuparse de todo muy deprimente, que hay un aprendizaje aquí también de apostar siempre por la salida frente a los demás, ser puente, ser intermediario, ya sea de la sensibilidad que sea, de tacto, de comunicación, de estética, de sonido, de vida. Los sentidos son el puente, lo que conecta todo lo emocional, lo externo y lo interno, los que transforman en energía, en experiencia lo que existe más allá de nosotros mismos.


“Cuánto más inteligente, profunda y sensible es una persona, más probabilidades tiene de cruzarse con la tristeza”. Alejandro Dolina

 
 
 

Comments


Oviedo, Asturias, España.

©2022 por El blog de Maite García.

bottom of page