Katalin Karikó. Rompiendo barreras
"Rompiendo barreras" es el título del libro de Katalin Karikó ganadora del premio nobel de medicina 2024. Nació en Hungría, en el texto nos cuenta que su familia tenía su propio huerto y su propia carne para alimentarse ya que era hija de un carnicero, esto hizo que a ella le gustase mucho la naturaleza, investigar, contemplar las maravillas de la vida porque cuidar un huerto conecta mucho con la naturaleza, requiere paciencia y amor y romper moldes, esto hizo que quisiera ser científica y para lograrlo luchó por sí misma a pesar de los obstáculos con los que se encontró, su pasión y dedicación plena en el trabajo era tan grande que hizo que se enfrentara de alguna manera a la comunidad científica. Fue una mujer que se hizo científica, que trabajó casi toda su vida a la sombra, que recibió burlas y humillaciones e incluso amenazas de jefes pero que creyó en sí misma. Ella pensó que podía cambiar el mundo, y que lo podía hacer con el ARN y así fue ya que gracias a sus trabajos e investigaciones se hicieron posible las vacunas que nos protegieron ante la COVID19. Logró así ese sueño de transformar la medicina, de mejorar a través de la misma la calidad de las personas.
Katalin Karikó ya fue Premio Princesa de Asturias 2021, y tres años después recibe el nobel junto con Drew Weissman que también fue Premio Princesa de Asturias. Juntos descubrieron la importancia y el profundo significado que tenía el ARN para las personas e hicieron posible el desarrollo rápido de vacunas. Su investigación abrió el camino a la ciencia, a la innovación y a la creatividad con aplicaciones y tratamientos que llevaron a salvar muchas vidas cuando la COVID19, y en la actualidad, se utiliza para terapias genéticas y para evitar reacciones inmunológicas siendo todo un gran avance para la medicina. Investigó en el ARN mensajero que quería utilizar para tratar enfermedades relacionadas con las proteínas del cuerpo. No le fue fácil demostrar esto ya que se encontró con muchos obstáculos y las moléculas que usaba activaban respuestas inmunológicas adversas en el cuerpo. Continuó esforzándose, trabajando, investigando y perfeccionando técnicas y tecnologías y observó la importancia que tiene el apoyo, que crean en ti y la financiación, todo es fundamental, Drew Weissman creyó en ella y la incorporó a su equipo. Estaba segura que las vacunas nos sacarían de la pandemia, que su trabajo era importante. Nos deja así todo un testimonio de fuerza y afán de superación.
Rompiendo barreras trata de su historia, de su vida, de ver como fue superando límites, techos de cristal solo con el afán de superación y la perseverancia, con las ganas de aprender, con la motivación de ese espíritu humano que lo hace posible todo y así fue que cambió su vida, que cambió su historia. Trabajó sin descanso, convencida de que su trabajo era muy válido en un ambiente donde solo el dinero importaba, el prestigio, el poder.
Katalin Karikó fue una mujer que adoraba a su padre, que veía en él muchas cualidades y habilidades, que sus enseñanzas fueron una lección constante para ella. Comprendió con su padre que los conceptos inteligencia y educación no son lo mismo, que se habla de educación como inteligencia y saber, en cambio no es lo mismo, inteligencia tiene que ver con tener una mente rápida, actuar bien y con rapidez.
En rompiendo barreras nos cuenta que su padre era así, tenía una mente muy rápida, podía multiplicar mentalmente números de dos dígitos y decir el resultado exacto de inmediato y que casi nunca cometía un error. El padre tenía ese potencial que ella admiraba, esa fuerza interna y que desarrollaba constantemente y dio por sentado que todo el mundo sabía esto, lo que es el desarrollo de la inteligencia y lo que es la educación, nos hace en su libro esta diferencia, ya que entendió que normalmente no se entendía así ni en el ámbito académico.
Rompiendo barreras relata su vida, sus juegos tanto con su familia como en la calle con niños de la edad, que jugaban a vender y a comprar, eran vendedores y a la escuela, que siempre su hermana y las otras niñas eran las vendedoras, las maestras, y que a ella le tocaba el otro papel, el de alumna, siempre pendiente de este saber, de hacer lo que le mandaban, hacer los deberes y todo como si fuera real. Llegaba un momento que en los juegos no había esa distancia entre real y juego, todo parecía real, no separaban la responsabilidad y el placer. Eran así los límites borrosos "trabajábamos y disfrutábamos. Aportábamos y recibíamos. Y de todas las lecciones tempranas que me prepararon para ser la científica que soy hoy, creo que esa es la más importante de todas el trabajo y el juego puede mezclarse, convertirse en uno y en lo mismo, hasta que la idea de verlos como algo distinto resulta absurdo". Y yo lo entiendo perfectamente, lo veo así, jugar a tiendas, a maestras, eran así nuestros juegos infantiles y se creaba e innovaba, se crean escenas, se puede decir que la escuela es así, que se tiene esta oportunidad de aprender y disfrutar a la vez porque a raíz de los juegos surgen muchas actividades, los proyectos de ir al supermercado y aprender tantas y tantas cosas, ver lo que hay en la carnicería, en la pescadería, en la panadería, la tienda de mascotas, disfrutar y aprender. A la vez la conciencia inclusiva. Rompiendo barreras significa la conciencia inclusiva, la conciencia de ciencia, la conciencia de salvar vidas, de estimular respuestas. Los recuerdos de Katalin karikó de niña tuvieron una manera de resolver su propio camino, de ver los vacíos y las contradicciones de su vida, entre realidad y ficción, e investigar todo esto, trabajar, experimentar, realizar actividades con variedad de actos talentosos e ingeniosos y esto es inclusivo y no solo para ella sino para todos además de ser muy emocionante.
Vivir la vida así es como vivir la escuela así, entre realidad y ficción, disfrutando y aprendiendo, con este placer, investigando y experimentando y no viendo solo problemas sino aportando soluciones, trabajando con esfuerzo. Hoy a los niños en las escuelas les gusta aprender así, trabajar así con esa rapidez y jugar, mezclar trabajo y juego, a la vez se relacionan, se responsabilizan. Esto es inteligencia y educación nos quiere decir el libro "Rompiendo Barreras". Ella nos explica su vida, su contexto histórico, cada uno tiene el suyo. La importancia de ver soluciones, salidas a los problemas. Es la vida así, existe en la escuela así, esta metodología de juego-trabajo, actividades en distintos ambientes, y lo ven real, les gusta aprender así porque en realidad van rompiendo barreras y están todos incluidos y aprendiendo, desarrollando funcionamientos, ideas, talentos y se van educando, van creciendo y desarrollándose. Ven como lo dice Katalin Karikó que se podía imaginar toda la escena, como si mi propia nariz estuviera pegada a la ventana, mi propio aliento formando círculos traslúcidos en el vidrio. Y que bonito esto, una escuela para todos, una vida para todos, donde no se vea esa discapacidad digamos, ese límite de realidad y ficción como un problema sino como una solución, que se vaya aprendiendo, rompiendo barreras y encontrándose a una misma sin tener que sufrir humillaciones, a ella le tocaba otro papel distinto siempre era la alumna, siempre estaba aprendiendo, creando, investigando, y llegó a niveles muy altos.
El padre de Katalin karikó hacía cuentas muy rápidas por que desde abajo tuvo esa necesidad, desde los 12 años ya trabajaba en el oficio de carnicero, pero tenía esa capacidad por su trabajo, eso no era tener un buen nivel educativo, ni ver que un concepto es diferente al otro, sino que el hambre pisa los talones, cada día hay que comer y va todo unido. Educación e inteligencia no son lo mismo. Aún no se entiende que en 2024 la escuela no sea inclusiva del todo aunque estén todos en la escuela y que sea para todos en la misma medida de participación y trabajo, que todos puedan ser maestros y alumnos. Cuando se tiene un buen nivel educativo se dice que se es inteligente, la influencia de la educación en la inteligencia y al revés, esa conexión entre educación e inteligencia, de desarrollo, bienestar y felicidad, todo el mundo puede aprender disfrutando y con placer, aumentar así lo que se conoce por capacidad, por habilidad, seguro que el padre de Katalin Karikó hacía esas cuentas rápidas para pagar, comprar, vender como en el supermercado, había una parte económica, una necesidad y esto también conecta educación e inteligencia con todo lo que significa este tipo de enseñanza y aprendizaje significativo de corazón y cabeza, individual, emocional, social y cultural, percibir todo esto de forma correcta, lo que nos lleva a la unión de educación e inteligencia emocional, de trabajar bien todo este proceso para individuos y sociedades desarrolladas, comprenderse y comprender el mundo, interaccionar de una forma sana, la educación liberadora, constructivista, la reflexión de la conciencia sobre sí misma, expresarse, favorecer el intercambio de conocimientos, del trabajo en equipo, de las buenas prácticas.
Katalin Karikó tuvo que hacer valer y demostrar sus teorías, que fueran aceptadas en la realidad y logradas y así fue cuando la COVID19 que las vacunas salvaron vidas. Entiendo muy bien esto, que comprender el mundo que nos rodea es más fácil con este método de juego-trabajo, jugar, experimentar, investigar, entre esa realidad y ficción significa que la escuela es la escuela de la vida, donde se va dando respuesta a las necesidades que se van presentando, se va siguiendo el propio guion, el propio funcionamiento, e igual esta es la misión de cada uno, el propio papel, y se van usando las herramientas que vayan haciendo crecer esa conexión de educación e inteligencia y con ellas juntas te vas comprendiendo a ti, y a los que te rodean, al mundo, aumentando capacidades y habilidades.
Katalin Karikó nos hace saber que parte de la inteligencia y de la educación está relacionada con el ADN, que estamos influidos por las familias pero solo es una parte, parece que poco podemos hacer aquí, solo una parte porque el resto viene determinado por otros muchos condicionantes como son el entorno, la escuela, las relaciones, la alimentación, el trabajo, las decisiones, las experiencias. Y además tanto una como otra no son estáticas, por ejemplo, el padre tenía estos retos mentales unidos a su profesión pero ella la hija quería aprender cosas nuevas, no tenía ni tuvo las mismas necesidades y procesaba la información de otra forma. Ella desarrollaba otros talentos, tenía otra forma de innovar y crear, de ampliar conocimientos, de disfrutar. Ese proceso de desarrollo es la educación, y es muy difícil, porque hay que ir haciéndose, se va realizando este autodescubrimiento y a la vez desarrollando talentos en muchas y distintas materias, que la inteligencia es también motivación, esa fuerza interna que sabe ver esto y que elige que hacer. El proceso en sí es algo que se busca, que se trabaja, el talento en la música, en las artes, en el deporte, en las ciencias como en este caso y tiene que ver con la persona, con el entorno, la creencia en sí misma, y en esa búsqueda que exista un beneficio cognitivo y propio, que se amplíen conocimientos lo que la hace sentirse bien, feliz, plena, disfrutar. Entiendo que este es el proceso de desarrollo ir nutriéndose, formándose, desarrollándose y que nunca se termina, dura toda la vida. Es la vida la que nos va haciendo, la escuela de la vida, cada vez que cometemos un error, que avanzamos y seguimos estamos poniendo a prueba nuestros límites.
Katalin Karikó nos lo describe así, ella fue una niña feliz, nació en una familia que siempre la apoyó, nos plantea sus experiencias, sus dilemas, sus propias convicciones, su familia era importante pero ella tuvo que luchar y esforzarse por sus ideas, y en su caminar sufrió frustraciones, pero de alguna manera logró esa conciencia inclusiva, ese pensamiento de salvar vidas, de mejorar a otros a través de sus investigaciones y experimentos, y fue apoyada, tuvo esa ayuda que hizo posible que lograra tanto ella como sus compañeros llegar a esa excelencia.
Nos afirmaba cuando obtuvo el Premio Princesa de Asturias que le gustaba mantener viva la curiosidad, y nos llevaba a la frase de Leonardo da Vinci "los experimentos nunca fallan, tus expectativas sí", en realidad ya nos llevaba a la idea de que no nos tenemos que parar ante los malestares, ni las negativas sino creer en una misma y seguir, continuar, siempre avanzando y ante el pensamiento crítico aprender a comprender y a comunicarse, a ser receptivos, a mejorar las habilidades, y que el problema son las expectativas, lo que cada persona considera, que puede hacer, o que puede pasar, esa idea es de cada uno y que puede ser coherente con la realidad, ser una esperanza, una posibilidad o no, ser ficción. Lo que significa a la vez enfrentarse al miedo y que siempre hay salida, hay que ser valiente, y aceptar, seguir con ese afán de lucha, de pensar en positivo, de realizar ese trabajo a la sombra, de curarse de heridas emocionales al recibir humillaciones, ofensas y no tirar la toalla y seguir queriendo mejorar el mundo, cambiarlo "salvar vidas", "romper barreras", "salvarse a una misma". Plantar esa cara al miedo y tener esa paciencia de pensar en sí que puedes lograrlo, puedes tomar tus propias decisiones y demostrar todo ese trabajo porque sus trabajos e investigaciones salvaron vidas.
Para finalizar comentar que me gustó mucho la reflexión de hoy, hacer énfasis en la vida, en la conexión de la educación e inteligencia, en lo emocional, en la verdad y unirlo a la vida y a la escuela y al juego, que bonito todo esto, unir así realidad y ficción, la escuela lograda a la vez.
Katalin Karikó ha recibido una gran ovación por su trabajo ya que ha servido para salvar vidas. Se da así la importancia que tiene a la investigación científica y a los descubrimientos, a la medicina y en este caso a la persona y a la mujer, a su vida y esfuerzo. Este reconocimiento le ha servido para aliviar las cargas y el malestar vivido como mujer, ha podido superar las presiones y tensiones que ha tenido porque ha creído en sí misma y ha podido solucionar problemas lo que significa que los resultados han sido óptimos, han sentado bases y la han llevado al éxito. En el agradecimiento tanto en relación con el Premio Nobel como con el Premio Princesa de Asturias subrayó la importancia que supone para la ciencia los hallazgos y que cumplió así su sueño de salvar vidas gracias a su investigación y a su trabajo, además de avanzar y cambiar en la medicina. Trabajó muchos años en tecnologías y siempre hay cosas que parecen ciencia ficción, pero siempre tuvo la creencia de que iba a tener buenos resultados, tener éxito, salvar vidas. Los descubrimientos siempre son gracias a la ciencia, a los científicos, y requieren mucho esfuerzo, cooperar muchos científicos juntos, ser solidarios, estar unidos, trabajar en lo mismo y lo que da sentido a no insistir en el merecimiento como nos dice Michael Ignatieff respecto al ensayo del zorro y al erizo, porque los logros intelectuales son en conjunto como los del zorro mientras que los educativos son individuales, del erizo, y seguro que esta es la conexión y la base más importante, la propia educación, actuación, el saber y como decía Marjane Satrape la ideas de que "el verdadero éxito radica en el humanismo, el concepto de sociedad, de cuidarnos unos a otros", y realmente una escuela para la vida pueda hacer posible esto, desarrollar y perfeccionar a las personas, que ellas mismas vayan transformándose y construyéndose así mismas, haciendo posible esto, mejores personas y sociedades y promoviendo esa conexión de inteligencia y educación y con respecto a los derechos humanos. Lo que implica a la vez la pedagogía de la bondad, de actuar en beneficio de las personas para construir un mundo mejor, "cada uno es como es", tiene su propia vida y a partir de la misma hay que realizar esa búsqueda y como dice "Serrat" mejor ser "partidario de vivir" y salvar y alegrar vidas. Ya nos decía Pascal que hay que conocerse así mismo porque tenemos que arreglar la propia vida, ver como ganarse la vida, lo más justo y conveniente y además encontrar la verdad. Para Pascal "vivir es jugar y pasar el tiempo" y la escuela es así, un juego, como un circo quizás, que nos permite quitar miedos, afrontar cosas, disfrutar, crear, innovar, investigar, participar en el propio aprendizaje, construir y construirse, explorar, facilitar el desarrollo integral tanto de la persona como de su participación en la sociedad de una forma libre, responsable, solidaria y humana.
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