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Foto del escritorMaite García

La memoria de las cicatrices






El libro "La memoria de las cicatrices" está escrito por León Garzón. Narra la vida de un geriátrico llamado "Paradise Feedman". El centro de mayores es de lujo y situado en el Caribe.


Los residentes y los que trabajan allí comparten el tiempo, el día a día, pero de forma distinta. Las experiencias, vivencias, valores y circunstancias de cada uno no son las mismas.


El Caribe es una zona para disfrutar del clima, las playas, las aguas cristalinas, la gente contagia alegría y aporta mucha energía muy necesaria para esa edad.


El mar como metáfora. El susurro de las olas, el construir castillos en la arena, los rayos de sol reflejados en el agua, se siente ese placer, esa energía que llena por dentro. "El sol utiliza el mar como lienzo","esa sensación del sonido del mar, el agua, la arena, el embarcadero", nos dice el texto se siente en el interior, aporta bienestar, belleza, paz y salud que se refleja en el bienestar exterior.


El protagonista se vio obligado a estar allí y no lo lleva bien. Por eso la mentalidad de cada uno, lo que quiere ser, cómo se quiere vivir, todo puede resultar una aventura o un sufrimiento, un trauma, producir dolor, y el sufrimiento deja cicatrices, con el tiempo se curan, sanan, pero el daño ya está hecho, la herida queda, es difícil olvidar ese daño porque "las cicatrices nunca dejan de doler" y más a cierta edad, quedan en la memoria "La memoria de las cicatrices".


El libro es una fuente inagotable de historias emocionales, hay que dedicarle tiempo, pues trata de cuestiones geroasistenciales y puede ser motivo de debate, la autonomía, semiautonomia y la dependencia. Es un tema que se habla de una forma muy subjetiva, el cuidado de mayores. El concepto de vida que se lleva, que se tiene y el de vivienda, bien en casa o en un geriátrico, la atención, el acceso, el bienestar, el disfrute emocional, la sensibilidad. Con la jubilación llega también esto, el planificar como se quiere vivir y disfrutar la vejez si se es mayor. Vivir con bienestar, amaneceres espectaculares, respirar y disfrutar de una buena panorámica, realizar actividades, no es lo mismo que precisar asistencia asistida, o que trabajar en el centro, ni lo es ocuparse del mantenimiento y de la limpieza, todo puede ser una aventura.


Os dejo un pequeño texto del prólogo en el que centro todo el escrito de hoy porque aborda el tema del silencio.


"El silencio se apoderó de cada rincón de la habitación. No era un silencio de la iglesia o de biblioteca; era un silencio que mordía...Jamás te lo perdonaré...las cicatrices nunca dejan de doler".


¿Qué es el silencio? Sabemos que es ausencia de ruido, pero el texto no se refiere a este tipo de silencio nos dice, ni el que se tiene que guardar en las iglesias, de estar callada, sin hablar, para rezar o escuchar, ni el de las bibliotecas para leer, estudiar, alimentar la mente, buscar una información. Aquí se refiere a otro tipo de silencio "un silencio que mordía" que no beneficia a la salud, que queda ahí sellado, guardado, en secreto, es un silencio negativo, como ausente, que tiene relación con la salud y la enfermedad, el dolor, la tristeza, el malestar, con conductas y comportamientos inadecuados, negligentes, con lo oscuro, lo injusto, es como el bien y el mal, lo bueno y lo malo, el silencio positivo y negativo y entre ellos la mirada autocrítica y apostar por la mirada sin odio como solución.


Mientras que el silencio de iglesia y de biblioteca, se puede ver en positivo, de escucha, de placer, de abrir la mente al que se refiere el texto es negativo, de morderse la lengua y tragar, callarse alguna injusticia, de agresión, de violencia y está relacionado con el estrés, la ansiedad, la frustración, con lo que se cree que no se puede hacer ni decir.


Establece aqui esta relación el autor con lo bipolar respecto al silencio. Aparece aqui lo censurable, lo miserable, lo que se tiene que encubrir, los rincones mas oscuros y enfermizos que dejan heridas, cicatrices.


El cuerpo aqui es el peso que experimenta fuerzas ajenas, frente a las cuales su única defensa y respuesta es el silencio, es como un mutismo obligado, perenne, de tensión, de máscara e incluso de culpabilidad.


El silencio es como el virus, ese desprecio hacia la verdad, lo que normalmente no se cuenta o se hace, y atenta contra la persona, parece un contrato implicito, "la verdad que no se dice" y para la que se usan códigos, sobre todo en las profesiones, relaciones personales y profesionales falsas, y luego se muta, se expande, se distorsiona la realidad, se apela al mundo emocional, porque en realidad es algo deliberado, que se nutre.


Diferencia lo que es un silencio positivo de un silencio negativo. Mientras que el positivo es mas místico, de habilitar, de morada, el negativo es de sometimiento, de tortura, de censura, de opresión, de someter al cuerpo sobre conciencias incomprensibles, de espanto, enmascarado, que encubre y atraviesa, es algo impuesto y amenazante y que duele, y del que no se puede escapar, es el grito contenido, acorrado y del que se busca encontrar salida, librarse y liberarse de ese silencio y no experimentar ningún tipo de malestar, de angustia, de prohibición, de ira y del que solo se sale o bien aprendiendo, estudiando o colocando el traje de danzante como el Quijote, de locura andante, moviéndose con esas cicatrices que duelen y que quedan en la memoria, selladas, fijadas, como una fuerza obsesiva y a la que hay que renunciar, de la que hay que salir y mejor comprenderla, sacarla afuera y sanear para curar, que esa cicatriz no duela, no haya herida y olvidar ese mal recuerdo.


El malestar emocional es un sufrimiento y a la vez un tipo de silencio y de austeridad, parecido al de la iglesia, de recogimiento, de guardarse y no querer saber nada de nada ni de nadie, de aislamiento. Son dificultades que se presentan de forma diversa. Existen pocas herramientas de comprensión y la reacción es siempre negativa, mal, de rechazo. La respuesta que se da es medicalizada, de etiquetar, de diagnosticar, de culpabilizar, de procesos que no lo son. La mayoria de las veces ajenos a las personas y puede llevar a síntomas orgánicos.


Este post me llevó a conocer un poco más acerca de los vínculos personales, profesionales y sociales. Me encontré con un juego númerico, sobre la lógica de los árboles genealógicos, y hablaba de las fechas, coincidencias de cumpleaños, profesiones, solo es un juego, pero lleva a identificar aspectos valiosos para entender quienes somos y porque somos así, y actuamos de cierta manera. Brinda una información valiosa e integradora estableciendo nexos del pasado con el presente y futuro. Tengo que decir que lo he disfrutado mucho.


Los árboles son transgeneracionales. En el juego hay que insertar tres filas y cuatro columnas y colocar los meses del año, las estaciones e ir escribiendo el nacimiento de las personas, de ahí surgen la comprensión de las coincidencias de cumpleaños con eventos, y lo que pasó y pasa y porque sucede y nos lleva a jugar y ver lo mejor que pudo pasar, el juego se llama el juego del perdón, destapa un poco lo oculto y nos dice que desde el amor y la comprensión todo tiene sentido y es posible. Está a la vez relacionado con la sombra de la que habla Carl Yung, la sombra de cada uno, el lado oscuro de la personalidad, reconocer como propios ciertos rasgos y actitudes.


En el libro el poder del recuerdo al protagonista no le gustaba celebrar su cumpleaños porque ese dia coincidia con la muerte de su padre, se habia casado, habia nacido un hijo, dejado el trabajo, le suponía malestar, en cambio en el juego es como un regalo de amor que le sucede ese día, es algo especial y en cambio a él le costaba dar sentido a esto, mientras que todo era especial para él, un regalo, un recuerdo con amor, él lo veía como una maldición, como una amenaza. Amplía el juego que si el dia que se nace muere alguien es como heredar el carácter, los gustos, ser dobles, es un regalo que se da a esa persona. Es muy interesante porque realmente es reencontrarse y perdonar todo lo anterior a los tuyos, a tu árbol a tus vínculos. Los que se van nos dejan su herencia, a su modo. Cuántas veces vemos a gente parecida, que parece un doble, es como una evolución, eso significa en el juego tener los mismos problemas, vivencias, somatizar los conflictos, las enfermedades, es todo un problema de tiempo. Me recuerdas a alguien es ser doble de esa persona. Cuando se nace el mismo día de un miembro de la familia que hace muchos años que se ha ido, se dice que se es heredero universal del mismo. Se trata solo de un juego pero te obliga a buscar fechas, datos, coincidencias del árbol genealógico y darle un poco más de sentido, optimismo y confianza a la vida. El libro va así del presente al pasado, el árbol como el mar es metafórico también y símbolo de belleza, de nobleza, de salud y continuidad.


El árbol genealógico representa las raíces familiares, es información personal de los antepasados, de los ancestros, es enfrentarse con el pasado, pero también con el contexto social, el económico y el cultural. Normalmente en el juego se abarcan tres generaciones o cuatro, se puede ir a la par trabajando trayectorias personales y profesionales, la cronología en las distintas esferas. Comunicar la identidad propia, las actividades que más gustan a las personas, los recuerdos pasados, los deseos futuros, las experiencias más significativas.

Trazar la propia historia genera conocimiento y socialización, cultura personal y da perspectiva temporal y espacial.


Ricour hablaba de este tipo de conexión como fundamental en lo personal, lo profesional, lo académico y lo afectivo, en estos cuatro campos. Nos acercaba, por una parte a lo que se considera negativo como rayarse mucho, excederse, recordar lo malo, lo que más cicatrices tiene y más duele, lo más impactante y ético, y por otra lo positivo que es saber más sobre todo, sobre nosotros mismos, los antepasados, el mundo, comprender las formas de ser, de pensar, de sentir tanto de uno mismo como de los demás y saber tratar.


Planteaba la necesidad en formación del enfoque autobiográfico, del uso de historias de vida, de la autoformación como apropiación de la propia formación, como perspectiva emancipatoria y crítica.


La importancia de la autobiografía, de este género, saber escribir y hablar sobre la propia vida. Es dificil hacer esto, es como algo privilegiado, de cultura, parece de élites cultas pero se pide hacerlo accesible a todo el mundo y más a los profesionales que tienen que valorar otras historias, otras vidas. Quizás aquí se juntan las trayectorias personales y profesionales como método de conocimiento social, de psicoanálisis, de autoanálisis. Es reivindicar el autoanálisis como complemento cuando se está valorando a otros.


Pinau, también hablaba de esto, de los diarios, testimonios, entrevistas, de las historias de vida, de la exploración del mundo personal, los métodos biográficos en el mundo educativo, de trabajar la propia biografía y combinarla con el trabajo, "no tenemos conocimiento significativo hasta que no damos significado a nuestra propia vida y a nuestra educación, hasta que no nos enfrentamos a nuestros conflictos y favorecemos la resolución de los mismos, como dice Ricour la memoria feliz".


¡Que bonito es encontrar lo inapropiado y cambiarlo! puede ser un eslogan. Las puertas abiertas a lo profundo, a lo sostenible, a los recuerdos. Conocer que también hay que saber protegerse de las emociones, tener en cuenta las críticas, y la capacidad de reaccionar, de abordar realmente las situaciones, la vida nos somete constantemente, nos quiere manipular y tenemos que saber esto, para poder hacer lo correcto y no bloquearnos. Ser objeto de control de una misma, de disminuir el sufrimiento ante situaciones complicadas, de saber exteriorizar, realmente hay una crítica ética, acerca de lo personal y pedagógico, de lo epistemológico, hay un componente emocional y hay que desligarse de pesos, de ansiedades, de tristezas, de depresiones, sufrimientos que como seres humanos se viven, tener este encuentro humano con una misma y poder continuar en el presente, es una reinversión en una misma.


Los bloqueos impiden avanzar, las enfermedades, los desafios, retos y duelos, te ponen como fuera de la realidad, y hay que volver a suelo firme.


Los sentimientos de injusticia tambien son desestabilizadores, malas emociones, inaceptables y hay que sacarlos de la mente, deshacernos de lo que nos frena, de los fantasmas que no nos dejan actuar, ni ser como somos.


Conocer las memorias familiares invisibles, lo que eran los antepasados, las fidelidades tambien familiares, ser conscientes que como hijos sin autorización de los padres nos era imposible avanzar, y trabajar las propias fuerzas, lo inconsciente, sería como el pasado, presente y futuro.


Tengo que dar las gracias al autor por tener este libro entre las manos, y ver que lo situa en vidas vividas, en historias de vida y a la vez lo tengo que retomar y profundizar más sobre temas de los que habla, entre los que están los medicamentos, hay una frase que dice "al entrar dan medicamentos. La jefa dijo a los celadores que al entrar tenían que seguir los protocolos".


Me parece muy significativo este texto "el sufrimiento y los síntomas" tienen que ser estudiados de forma personalizada, la persona sabe que son ajenos a ella, por eso manifiesta la queja. Tiene que encontrar formas de hacer frente a su situación, saber lo que esta ocurriendo y disminuir su sufrimiento, su dolor, su malestar emocional, y poder continuar en la vida desarrollando sus tareas, y disfrutando y viviendo feliz. Conjugar estos cuatro mundos, los vínculos familiares, profesionales, sociales y afectivos. Encontrar caminos saludables, positivos, que afloren los recursos propios de cada persona, aprender a responder a sus propios retos, a sus propias necesidades. No se puede esperar que los demás respondan por uno mismo. Hacerse preguntas primero por el origen del malestar y buscar y encontrar las respuestas. Entender el estrés, la ansiedad, y considerar el bienestar en todo, especialmente emocional. Cuestionarse el valor de las etiquetas, tener presente los diagnósticos y plantearse la normalidad de la vida.


"La memoria de las cicatrices" trata de conocer los problemas relacionados con las distintas circunstancias, con los hechos acontecidos en la persona, con la familia, la profesión, con los grupos, con la sociedad y aportar interpretaciones y propuestas. Se puede ser muy autónomo y observar las heridas y las conexiones.


Hay una parte en el libro muy interesante que nos dice que hay gente que se alimenta del sufrimiento de los demás, que se aprovecha de la forma de ser de los demás, de las reacciones, que no soportan el crecimiento y la felicidad de otros. Se produce aquí malestar psíquico, psicológico, emocional y en forma de síntomas orgánicos.


El silencio en el malestar es un riesgo para la salud de la persona que lo padece, afecta a su sensibilidad, son cicatrices causadas por las heridas, cuanto mas grandes y profundas mayor es el dolor y queda algo enfermizo dentro que la altera, se dice que la puede hacer más dura, más fuerte pero siempre en este caso está relacionado con la renuncia, con perder, con la vida, con no hacer aquello que realmente se quiere y para lo que tiene talento y vale.


Existen soluciones tanto educativas como médicas adecuadas pero siempre las opciones tienen que ser personalizadas porque hay que tener en cuenta los factores que desencadenaron esas cicatrices y sus funciones para ayudar a ese trauma psicológico, a esa marca en el cuerpo visible o no, no se trata de tapar cicatrices, sino de sanar, de curar, de una sociedad mejor, mas humana, razonable, globalizada, y que exista esa transformación y progreso en las personas "sangre nueva con el paso de los tiempos".


Para finalizar os dejo una frase que aparece en el libro no sin antes dar las gracias al autor por tan fantástico texto del que estoy segura que haré más escritos y comentar que la educación emocional es aceptar el estado de las cosas, es un modelo pedagógico abierto. El objeto es capacitar para la vida para llegar a ser lo que se tiene que ser, desarrollar los talentos con la finalidad de aumentar el bienestar en los distintos aspectos personales, profesionales y sociales del desarrollo humano, que se vea esa necesidad para el yo, para sufrir menos, para que no duelan la memoria de las cicatrices.


En el caso de los docentes que vean la necesidad de reeducarse, de tener una mayor exigencia con ellos mismos para desarrollar bien el trabajo pedagógico, saber combinar necesidades y dimensiones cognitivas y afectivas. Ver la importancia del mundo emocional para mejorar la salud, no solo mental y psíquica sino física y espiritual, tener más sensibilidad, ver ese poder de las emociones, de explorar los sentimientos, los deseos inconscientes y lo que se rechaza. Trabajar esto es revisar un poco la propia vida y ordenarla, ver conflictos pasados y ayudarse a solucionarlos.


Existen modelos críticos de la educación emocional y sentimental porque tradicionalmente se quería centrar la práctica educativa solo en el conocimiento, en hacer ejercicios, estudiar, memorizar, superar exámenes, era todo instrucción. Hoy en día esto ha cambiando, se ha avanzado hacía muchos más conceptos para el desarrollo integral, la expansión de la inteligencia emocional, valorar más las competencias de la educación afectiva, de los sentimientos, educación para comprender, para el autoconocimiento, para expresar, escuchar y sentir, para saber, es parte esencial de lo intelectual y para tener un talante emancipatorio y crítico que requiere la vida. Las emociones y sentimientos reprimidos son causantes de enfermedades y pueden aparecer como dolores, como síntomas y enfermedad, es el peso, la carga que se soporta. Siendo curioso tener presente "como una nueva perspectiva puede regalarte la solución".

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