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El mes de Julio, Mario Vargas LLosa y Florencio Friera Suárez

Este mes voy a dedicarselo a Mario Vargas Llosa, escritor fallecido en abril de este año, con nacionalidad española que fue premio princesa de Asturias en 1986 y premio Nobel de literatura en 2010. Y me gusta hacerlo para dar de nuevo una mirada a su trabajo, a sus obras y conocer algo mas sobre el legado que nos dejó.


Hoy voy a hacer hincapié al libro "El loco de los balcones", el protagonista es un profesor que es loco porque está enamorado de los balcones, de la arquitectura, de la belleza de los edificios. Es un personaje que existió en Lima, la ciudad de los balcones y que valoraba el pasado, la belleza de los balcones, era un quijote del balcón, defensor a gran ultranza porque gracias a ellos Lima fue declarada la ciudad de los balcones. A la vez era defensor de la cultura, del patrimonio y aqui ya se confunde realidad y ficción porque el escritor Mario Vargas Llosa era así, defensor de la cultura, y de la arquitectura, de los balcones, y defendía una buena armonía, en el personaje del libro "el loco de los balcones", lucha con la historia y la modernidad, con los balcones como historia, algo que es producto del patrimonio, nos dice que consideraba un empobrecimiento, un atraso grande para la ciudad terminar con ellos, y que enriquecian la sociedad, la hacian mucho mas sana, más natural y bonita. 


Los balcones tienen un gran aporte cultural, de hecho la obra comienza así "A pie de un balcón mudejar", el estilo del balcón es fundamental, porque nos habla del origen del balcón, acogen los balcones dinámicas sociales, el balcón de la modernidad, contemporáneo, el balcón de Romeo y Julieta, la conservación del balcón como algo bueno, como patrimonio, como historia y que no es renunciar al progreso sino tener esa historia, esa magia, ese tesoro, como en el cuento de Rapunzel que el príncipe la salva, la saca al exterior gracias al balcón, así al protagonista del loco de los balcones le salva el balcón, en los balcones tambien se saluda, se dan los pregones, son muy interesantes, además de esa naturaleza humana, amorosa, histórica tiene esa naturaleza poítica, intelectual, quijotesca, a favor de los demás, de la sociedad, del mundo y de placer porque nos gusta asomarnos al balcón, sentarnos y leer, tomarnos un café, ver la calle, las personas que pasan, el paisaje, pasar un tiempo en el balcón y saludar, despedir, lanzar un mensaje, a mi me gusta tener plantas en el balcón y si son naturales mejor, aloe vera por ejemplo, me gusta, ves su utilidad además de purificar el aire, dar energia positiva, hace que el balcón sea más acogedor y tranquilo además te sientas y con las plantas puedes tener esa intimidad que deseas. En el loco de los balcones hay esa visión romántica y quijotesca y a favor de la convivencia, de la coexistencia de la historia con lo moderno y lo contemporáneo, hay ese estado de purificación que se necesita emocionalmente y que no se necesita cambiar, significa coexistir el pasado, el presente y el futuro.


Vivir en la ciudad y tener un balcón durante el COVID-19  era un lujo que invita a tenerlo en cuenta a la arquitectura de viviendas. Era poder tener ese contacto con el exterior, además de ser un espacio solidario, donde poder compartir y, socializar y contactar con los demás de otra forma, enriquece la convivencia, motiva y animan la vida cotidiana. Mucha gente sacaba sus instrumentos musicales, juegos, para compartir con la gente esos momentos de aplauso y de una forma creativa, siendo una herramienta pedagógica de apoyo y conciliación.


La vida es esa combinación entre locura y enamoramiento, realidad y sueño, a la vez la ficción y lo real se funden y lo hace a veces de una forma extraña. El autor nos lo hace llegar mediante la palabra. Freud, Lacan, nos dicen que la ficción es producto de la realidad, y que la realidad se expresa mediante palabras. Quizás aquello que dices que parece que no tiene sentido, que no tenias que decir, lo tiene, es un deseo interior, y que se manifiesta así por medio de palabras. Que en ese momento te asusta, te dices a ti misma y yo porque dije esto, y cuando lo escribes lo sacas, ves su sentido, lo sabes explicar, son las pulsiones, elementos oscuros, insatisfacciones que operan desde el interior según los psicoanalistas. Son esfuerzos que haces de estados anteriores de los que has salido y lo exteriorias así de esa forma. Diriamos que son experiencias y que quizás no estaban superadas, o si y lo sacas de esa forma, pueden ser sueños, hechos, deseos, ilusiones, mitos, iras, algo que en realidad te enemistó con la realidad, que supuso para el espíritu una herida, que te disgustó y causó un gran dolor y tienes que tratar de mejorar constantemente esto, motivarte y ver que no era para tanto, restarle importancia, cicatrizar esa parte, tienes que darte tiempo, tomarte un tiempo para sanar esto y buscar, saber porque se produce y buscar los medios para recuperarte, reconstruirte, ver que las emociones a veces pueden desbordarse, que son demasiado intensas, y que hay que aprender esto para no acumular, ni sentirnos bloqueados, reaccionar bien, no perder el control de nuestras vidas, gestionarnos bien y saber gestionar las conductas, cuidar el bienestar emocional tanto el nuestro como el de los demás.  Y se hace así con palabras, con la forma literaria, con baile y con música, con amor, con deporte, vas sacando de la mente lo que te atormenta, lo que te daña, incluso las obsesiones, los deseos y las frustraciones.


El personaje, el profesor Brunelli no se opone a la modernidad, ni al bienestar, ni a las buenas condiciones de vida, sino que defiende el patrimonio cultural, que se puede ser modernos sin sacrificar edificios que tienen su historia, que tiene que coexistir la historia con la ciudad, con la política, la economia, con la cultura y la diversidad. Lo que significa que la ciudad va creciendo y siempre hay espacios nuevos y modernos mientras que lo peatonal, la arquitectura y edificios de patrimonio con esos balcones especiales son historia y cultura de la ciudad, son patrimonio cultural y que no tiene que sacrificarse por lo moderno.



Si el escrito iba a dedicarselo a Mario Vargas Llosa tengo que ampliarlo a Florencio Friera Suárez, profesor de la facultad de pedagogia que nos dejó esta semana y que me acabo de enterar, precisamente nos daba historia, era historiador, recopilaba historias de vida, catedrático de didáctica de las ciencias sociales, miembro del RIDEA, cronista oficial de Sariego, nos deja mucho legado de estudio entre el que está la obra "Diccionario Geográfico -Histórico de Asturias de Martinez Marina". 


Recuerdo que tuve que recopilar historias de vida de familiares y amigos que vivieron la guerra civil y de ideologias distintas, estudiar sus versiones y fundamentaciones, fue un trabajo que me llevó mucho tiempo, tuve que entrevistarlas, grabar las conversaciones, visitarlas dos o tres veces en sus casas, un gran trabajo de campo y de investigación para aprobar la asignatura. Tengo que decir que me gustó mucho, y aprendí mucho, además de tener ese contacto con ellas,  y profundizar en esas experiencias individuales que me contaban, analizar tanta documentación y asociar como el profesor comentaba las historias a la educación, es un método que se utiliza mucho en pedagogia, en educación, reflexionar sobre esas biografias, y ver el contexto de las personas y que todo lo personal estaba vinculado a lo político, a su identidad, a su vida diaria, a las creencias y pensamientos de cada uno, compartian emociones, afectos, cultura. 


En uno de sus libros el profesor Friera se refiere al concepto de cultura al igual que lo hace Vargas Llosa con los balcones, la cultura como etnografia, el estudio del hombre y su cultura, como patrimonio. Con la reforma educativa el concepto de cultura cambió, proyectos que comenzaban a transformar y cambiar la realidad, ver las distintas familias, distintas condiciones. Antiguamente iba unido a la educación, a la formación. Y fueron historiadores como el profesor que abordaron este tema.


Una persona con cultura era una persona que era estudiada, se había cultivado, era una persona educada, tenia un conocimiento, un aprendizaje intelectual que la distinguia de las personas incultas, no educadas, se unía al estudio y a la formación intelectual, a la investigación, hoy se une también a todas las disciplinas y especialidades ya sean más técnicas, mecánicas, físicas, el queria cristalizar esto, ver las causas, quizás borrar las diferencias, ver la diversidad, lo que queria decirnos que todos tenemos un conocimiento, un saber y que es diferente y a la vez ignoramos otras muchas cosas, lo que significa que la cultura de un agricultor es arar, sembrar, recoger, trillar, cuidar y cultivar el campo, la huerta, que tiene un alma cultivada, y que tiene su estudio, la cultura del campo, como la tenía su padre y del que aprendió mucho, lo que significa que la cultura ademas de estudio requiere disciplina, aprendizaje, nos daba la idea de cultura subjetiva y cultura objetiva, ver el progreso y conocer tambien la historia, la humanidad, los valores. Nos llevaba a la persona humana, al desarrollo, a los valores. En uno de sus libros desarrolla el mito de la cultura y el de la identidad, el de la propia libertad. Porque libertad es no tener obstáculos que te impidan hacer lo que quieres hacer. 


El profesor hacia referencia en el aprendizaje no solo a la adquisición de conocimientos y a la parte técnica a las habilidades sino a todo el proceso, a la forma de hacerlo, a los valores, las actitudes, a saber llegar en el camino, aprendiendo, estudiando, cultivándonos e interesándonos por el bienestar, ayudando para que no haya miserias, ni pobrezas, que se pueda convivir y de una forma sana y saludable. Realmente nos aportaba un valioso conocimiento fruto de su trabajo y que se construye con esfuerzo y estudio. Tiene muchos libros y artículos sobre didáctica de las ciencias sociales, educación, la escuela, el profesor, de política, de la guerra civil y del concejo de Sariego, era un gran experto de la figura de Ramón Perez de Ayala, y de la cultura etnografíca.


Para finalizar dar un adios a dos grandes maestros y comentar que a ambos les gustaba la buena convivencia, que eran muy desafiantes ante distintas posturas, les gustaba reflexionar, y así veían la cultura,  como reflexión, como ética y responsabilidad, como revisión crítica constante. 


El profesor Florencio Friera no quiso ser labrador como su padre, porque su padre fue un labrador obligado y gracias al mismo pudo ser libre para hacer aquello que le gustaba, estudiar, de pequeño quiso ser cura, y estudió para ser misionero en Valladolid, siempre fue un enamorado de los libros y de su pueblo Sariego que fue Premio Princesa de Asturias al pueblo ejemplar en 2006. Lo que es la vocación y la cultura que no puede apartarse de la ficción, de los sueños, de la pasión y de la realidad, ambos, tanto Mario Vargas Llosa como Florencio Friera veían la cultura como convicción, con valores profundos, lo importante no es llevarse la medalla, sino la lucha por lo que motiva en la vida, escribir, recopilar, investigar, en estos casos ambos de alguna manera nos dejan un gran legado. 


Antes de morir Mario Vargas Llosa escribio una carta a su nieto Leandro que le manifestó que tenia vocación de escritor, que queria ser escritor y le dijo "si te gusta ser escritor hazlo pero tener exito es una casualidad, lo que te espera es el sacrificio, la frustración, la vida es esto, pero si es lo que quieres hazlo" entiendo que siempre se es mas feliz con lo que te gusta hacer, con aquello que quieres hacer que con lo que te obligan hacer.

 
 
 

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Oviedo, Asturias, España.

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