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Carolina Marín. Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024



Carolina Marín nació en Huelva un 15 de Junio de 1993. Estudió en el IES la Orden hasta que se fue a Madrid a un centro de alta tecnificación terminando los estudios de bachillerato en el IES Ortega y Gasset. En el centro forma parte de los deportistas de élite y de alto nivel lo que para ella significa comenzar a cumplir el sueño de su vida. Es una mujer agradecida y que sabe lo que supone para ella estar en el centro, no tenía las condiciones como en su casa y compartía baño y habitación, además sus padres en ese momento se estaban separando por lo que no fue todo tan idílico, era complicado, no era fácil emocionalmente pero tenía esa ilusión, ese sueño y pudo cumplirlo, sacrificarse, implicarse en la tarea, y realizar mucho trabajo y esfuerzo. Hay muchos jóvenes así que desde pequeños se les prepara en centros de tecnificación y se conciencian para dar lo máximo de sí mismos, para enfrentarse a los adversarios, para superarse a sí mismos, para ser técnicamente muy buenos e igualmente para superar tensiones y saber enfrentarse a las emociones.


Los centros de tecnificación permiten compatibilizar entrenamiento, estudio, trabajo y descanso, pero son duros cuando se es joven, son momentos difíciles, se empieza a comprender la dureza de la vida aunque supone cumplir los sueños, para lo que hay que entrenar mucho, dar lo mejor de sí misma, trabajar sin parar y mucho esfuerzo y sacrificio. Al terminar en el IES realizó fisioterapia en la Universidad de Murcia y posteriormente dietética y nutrición en la Universidad de Madrid y ha escrito varios libros.


De ella se dice que heredó el carácter de su abuela que era muy trabajadora y luchadora y nunca quería coger baja, siempre se entregaba y daba todo en su trabajo. Le gusta ser muy familiar y contar siempre con su madre a la que está muy unida. En la actualidad  ha comentado en el programa "resistencia" que está pasando una crisis con su pareja.


Carolina Marín es la única mujer campeona de bádminton en España. Campeona de tres mundiales y de siete campeonatos de Europa. En el año 2013 ganó el oro en las Olimpiadas de Londres. En el año 2014 fue premio nacional del Premio Reina Sofía. En el año 2016 fue de nuevo campeona Olímpica en Río de Janeiro. En el año 2020 no pudo participar en Tokio por estar lesionada. En el año 2023 se clasificó para los juegos de Cracovia obteniendo medalla de oro. En la actualidad ha participado en los juegos olímpicos de París 2024 y cuando ya estaba a punto de ganar y asegurarse la medalla se lesionó de nuevo. Ha obtenido el Premio Princesa de Asturias de los deportes que es un reconocimiento que la llena de satisfacción.


Carolina Marín es considerada una de las mejores deportistas y la única no asiática que ha ganado el oro olímpico.


En el libro gana el partido de tu vida nos habla de lo que significa trabajar por un sueño, el proceso y el desarrollo que se hace y que no es nada fácil. Desde niña siempre quiso ganar, jugaba para ganar, entrenaba mucho y se esforzaba y era muy difícil pero ella consideraba que sí podía hacerlo. Primero hizo flamenco y ya quería ser la mejor y posteriormente se decantó por el bádminton. Al principio por disfrute y diversión pero luego ya quería trabajar el bádminton, ser inteligente y trabajar para ganar. Era muy cabezona, no sabía de técnicas ni tácticas, ni de condición física ni nada de trabajo mental y emocional, lo hacía todo de una forma natural, tenía esa lucha, llevaba de forma profunda ya lo de ser ganadora, lo tenía dentro y quería prepararse para hacerlo posible, tenía ese sueño. Se dio cuenta de que no todo era el trabajo físico, las buenas condiciones del cuerpo sino el día a día, trabajar, entrenar y tener una mente de ganadora, que es lo máximo a lo que puede llegar una deportista, a ser campeona olímpica.  Para ello tenía que preparase mucho, conocer el deporte, conocerse a si misma y desde luego conocer al rival y así aprender a defenderse, a atacar y a ganar. Tenía que saber no solo de tácticas y técnicas y buenas condiciones físicas sino de lenguaje visual, de lenguaje corporal, de sensaciones y sentimientos y ser dura ahí, ser más fría, más falsa positiva, saber de teatro y ser más actriz, y no mostrar la debilidad, sino hacerse fuerte, entrenar las fortalezas y ganar.  Sabe que es un trabajo arduo y duro, difícil, el apartado mental es fundamental, hay que prepararse mucho, por eso hay que tener paciencia y trabajar mucho esto, entender que además del plan A hay que tener el B, el C y el D.


Esto puede servir para todo el mundo pues cada uno tiene su propio sueño, sus propias olimpiadas y quiere ganar, el de ella siempre como los deportistas de élite es acudir a las Olimpiadas deportivas y ganar el oro. Era una forma de luchar por si misma, por su entrenador y todo el equipo, por el deporte de bádminton y por las generaciones venideras, era una forma de avanzar hacía adelante en todo y de dar importancia al camino, quizás ir haciéndolo histórico y de querer siempre llegar a la meta y hacerlo disfrutando, llegar a ser la mejor.


El entrenador Fernando Rivas nos hace saber en el libro que Carolina Marín tiene ese don, se anticipa siempre al espacio y al tiempo, tiene muy buenas condiciones y consideraciones y sabe ver y contemplar muchos factores importantes y lo hace de forma innata y natural, sabe luchar con mucha eficacia, considerar el contexto y al rival, sabe dar respuesta a la reacción, lo que supone todo un soplo de aire fresco. No cabe duda que este año estaba aspirando al oro y casi cuando lo estaba logrando se encontró de nuevo con sorpresas, pues se volvió a lesionar y rompió la rodilla. No obstante ha llegado a semifinales, ha hecho un buen juego y ha sabido llegar, ha estado muy cerca de ganar. Los juegos son una competición y tienen su especificidad. 


Carolina Marín ha sido muchas veces criticada por su temperamento, por su carácter, por tener y mostrar una actitud agresiva, pero hay en las Olimpiadas y en el deporte en general mucha presión que hay que saber gestionar y hacer un buen trabajo que no es fácil. La agresividad permite actuar en un momento de presión pero realmente hay que trabajarla de forma positiva, y ser responsable, saber gestionar el estado emocional, tener esa sonrisa siempre y además de disfrutar ella que los demás disfruten. Es cierto que como en el fútbol esa agresividad de gritos, de alaridos quizás de amenazas hacen que no se disfrute igual pero sabemos que son de garra, que surgen de la propia autorrealización de una misma y de ver el juego del adversario, que puedes pensar que es mucho más respetuoso y ser lo contrario, ver lo irrespetuoso, no obstante hay que sacar el dolor de otra forma, sin tantos alaridos y gritos sino haciendo disfrutar y disfrutando porque si provoca malestar, puede verse como anti deportividad y generar presión, estrés, ansiedad, provocar sentimientos desagradables e insatisfactorios, de hostilidad. Y aunque muchos piensan que en el juego se va a competir y no hay que ser respetuoso con el contrario tampoco hay que cometer errores y ser irrespetuoso porque con esto también se pierde. No hay que tener una competición insana y guerrera sino con salud, erradicar lo que supone una amenaza. 


Hay mucha gente que está dispuesta a todo con tal de ganar, que se alegra del mal ajeno, que no respeta lo que supone una contradicción. En el deporte y más en las Olimpiadas hay muchas polémicas, se ve la superioridad del contrario y a veces mejorarlo es muy difícil pero el espíritu de los Juegos Olímpicos está basado en lo mejor del deporte, en esa inspiración y en los valores. Cuando se es profesional hay que saber gestionar el dolor, los miedos, las amenazas, la desesperación, las frustraciones y las desesperaciones, tener esa paciencia de superar el estrés, los nervios, la ansiedad, las dudas y luego el espacio y el tiempo y saber situarse con los pies en el suelo y en la realidad. Sin duda es una gran luchadora y una mujer a tener en cuenta que tiene esa capacidad de enfrentarse ante ataques engañosos, en los contragolpes, ve el error, lo que hace que se enfade ya que es una mujer temperamental y efusiva con gritos de garra, ella ve lo que la perjudica y lo sabe, trabaja para gestionar esto y poder canalizarlo bajo el lema "puedo porque pienso que puedo".


Carolina Marín tiene ese caminar ya con la salud, ya rompió tres veces el ligamento, sabe ya lo que puede y no puede, cuenta con un buen palmarés, y esto hace que salga de muchas situaciones, de muchas depresiones y agujeros negros, de muchos sufrimientos, ya tiene experiencia, tiene es ruedo, y se enfrenta a las situaciones porque sabe que puede, porque quiere seguir soñando, sentirse feliz y pensar que el camino es suyo porque suya es la historia. Pudo tirar la toalla en varias ocasiones pero realmente la toalla solo tiene que tirarse en la playa y siempre hay que apostar por los sueños, la gente que quieres, por si misma, por el bádminton y por el trabajo en general de entrenamiento y esfuerzo.


Cuando sientes que pierdes a veces ya no quieres soñar, sientes que has perdido, que no puedes ganar y ella quiere ser la mejor, ganar, y se siente mal, Carolina Marín no es mujer que se rinda, sabe cuando tiene que parar, ahora vuelve a tener que tener paciencia, hay que recuperarse, sanar no solo la lesión física sino todo lo que ha supuesto emocionalmente para ella no enfrentar la final y perder el oro pero sabe que puede salir de esto pues ya ha tenido esa experiencia, ya lo ha vivido y sabe que puede porque piensa que puede. Hay momentos en la vida así, ella es un ejemplo de superación, que puedes sentir desgarro, dolor, malestar, marginación pero hay que estar seguros de que se puede salir de esto y luchar. Se entiende a través de los juegos el contexto, lo que significa competir, y la causa y efecto, verse así atrapada cuando se está a punto de ganar, ver que el tiempo siempre es un enemigo, y tiene que terminar esta temporada así sin conseguir su sueño lo que supone para ella mucho, ya que tiene que reponerse física y mentalmente y coger ganas para seguir luchando y preparándose para más juegos o para los próximos olímpicos que serán en el año 2028 en Los Ángeles, Estados Unidos.  


Para finalizar felicitar a la galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los deportes y que entiendo que es una mujer que sabe trabajar por los sueños y construirlos, hacerlos posibles, que se puede, y que sabe anticiparse y ver lo positivo y lo negativo que hay en el deporte, ver que ella quiere ganar, sabe ser cabezona y seguir, hacerse cada vez más dura aunque comprende que no es un robot, que es muy duro hacer tantos ejercicios, trabajar tanto, sacrificarse de esta forma, entiende que la agresividad en el deporte es algo simbólico, es un comportamiento, una actuación para saber anticiparse al otro, ver las jugadas y reconoce que según las circunstancias y las situaciones sus gritos y alaridos pueden ser de liberación, de dolor y/o de protesta. Es una mujer ganadora, líder, inspirada en los valores del espíritu Olímpico, y que es consciente del daño, de la lesión pero siempre ha podido desligarse de esto y seguir avanzando, está a la altura del bádminton, ya que se ha preparado para ello solo ahora desearle una pronta recuperación y que pueda continuar pronto compitiendo, lo que sí ya ha demostrado es que deja una huella imborrable en este deporte y como mujer deportista.

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