El Nansa fue testigo

"El Nansa fue testigo" es el titulo de uno de los libros que ha escrito Argentina Cueto Fernández. Una mujer asturiana de nacimiento, hija de maestra, madre de cinco hijos y abuela de cuatro nietos, una mujer que dedicó su vida a su familia, pero a la vez interesada por todo lo cultural e intelectual siendo una gran lectora y escritora.

En sus libros nos cuenta la autora historias reales, de su infancia, de su juventud, de la vida de sus antepasados y como en este "EL Nansa fue testigo" de historias de familias que se asentaron en el Valle del Nansa, se situaron allí, en el monte y lucharon por la vida, por sus tierras, comenzaron a cosechar alimentos, a vivir de lo que producian y a no tener hambre, intentaban ayudarse unas a otras, ser solidarias, y convivir como vecinos en el pueblo. Todas se sentian iguales, y luchaban por el mismo ideal. Pero esa ilusión fue truncada, y con el titulo nos dice que "el Nansa fue testigo" de lo que sucedió y de los efectos, de las angustias de los infortunios, y en el sufrimiento siempre hay algo despreciable y todo lo engrandece y luego hay dolor tanto en unos como en otros, se perjudican la vida tanto unos como otros y se atormentan existencias.

Nos habla la autora y proporciona informacion de sucesos historicos y biográficos con todas sus vivencias históricas, relatos vividos por mucha gente. Historias de "vencidos del Valle del Nansa", hechos verídicos contados por abuelos y escuchados por amigos, familiares, niños como si de un cuento se tratara, que escuchan sin perder detalle, batallitas que se decian, que nos contaban nuestras abuelas y que realmente no fueron historias bonitas que vivieron en su juventud, aunque las adornaban para darnos el mensaje de valor, de sacrificio, de esfuerzo pero a la vez nos contaban la estupidez humana, las barbaridades que hacen los humanos, el peso de la historia, cuesta mas emanciparse de lo que marca y de que de ello la naturaleza y en este caso el Valle del Nansa era testigo.

"El río Nansa fue testigo del esfuerzo de toda la familia, como lo fue siempre de todos los hijos del valle que lleva su nombre, mitigando los calores en el verano al final del día, cuando cansados de trabajar, los vecinos iban a quitarse de los cuerpos el polvo y el sudor. El río se convirtió en el lugar de recreo de la juventud, en los ratos de ocio nadaban en los grandes pozos y les regalaba la riqueza de su pesca en casos de necesidad".

El Valle del Nansa es poco conocido en Asturias pero es muy bonito. Está en los Picos de Europa, con un entorno espectacular y espléndidas vistas, con una senda dedicada al agua, es de uso peatonal, con muchos miradores, la senda recorre el río, toda la cuenca desde el nacimiento a la desembocadura y el río forma el valle. Es un lugar ideal para recorrer en familia, pasear, visitar los pueblos, hasta hace poco eran principalmente ganaderos pero en la actualidad ya está más dirigido al turismo, hay unas 13 aldeas con su historia y costumbres ancestrales y su vocabulario lebaniegu. Es así, todo se convierte en turístico, mas protegido y para encanto de la gente y se disfruta de ello cuando se visita, se respira naturaleza.

Hoy en día "El Valle del Nansa" es un desfiladero, con la tejera y la ferrería, que se puede visitar y ver como funciona, aprender del oficio del herrero, ver como es una fragua, forma parte de las construcciones tradicionales, los molinos hareneros, la panera, las curiosidades y anécdotas y lo que queda impregnado en el mismo de todo lo vivido, de esa historia, testimonios y revelaciones que la escritora nos da a conocer.

El libro comienza así:

" Fueron tiempos difíles los que les tocó vivir " a los protagonistas "tiempos de miseria y de hambre, de retraso social en todos los campos" "estos personajes merecen ser recordados, aunque solo sea por el sufrimiento que tuvieron que soportar en el tiempo que les tocó vivir, ademas de que todos estuvieron ligados entre sí, bien sea por vencidad, por amistad o por parentesco. De algún modo la vida les llevó a todos a encontrarse en el Valle del Nansa, en los tiempos convulsos en los que había que sobrevivir como se podía, arrancando a la tierra el pan de cada día" pero la vida les cambió y les destruyeron todo aquello que hicieron, y aunque la naturaleza siempre se abre camino y de alguna manera es esperanzadora, ya no es lo mismo, ni las personas lo son y lleva a un comenzar de nuevo.

La autora recoge esto, historias vividas de una población que hizo mucho, creó mucho, una familia, trabajo y de una forma desesperanzada vivieron consecuencias terribles, devastadoras de la guerra donde todos pierden y también la naturaleza, y nos lo cuenta en el libro, en primera persona lo narran muchos de los que lo expeimentaron. Muchas veces existen circunstancias que definen a un pueblo y que llaman la atención porque son como un peso que se lleva, frío, sin alma, y es así, la autora aporta documentación de esto, de lo que generan los conflictos pero las historias quedan ahi y como en la fotografia de la portada, del autor LuisMa Nuel, tan bonita y difuminada, algo así gris, con un árbol con muchas raices y un gran tronco y unas ramas muy rectas de lo que está ahí anclado y vuelve a crecer, así de recto, y firme, en esos montes que hoy la mayoría forman parte de la reserva nacional, con especies como el jabalí o el caballo de la foto, osos, rebecos y otras especies autóctonas y especificas de la zona que vuelven a nacer y a salir y al ser El Nansa testigo obtienen un lugar en la historia, y ya pertenecen a un campo de conocimiento, tanto la historia como la naturaleza, la ciencia y el arte obtienen ese sitio respetable y como en el teatro que se abre el telón nos ofrecen esa lección de vida.

En el Valle del Nansa los niños no jugaban al balón sino a guardias y emboscaos, a juegos de antes, todos temian a la guardia civil ya fueran grandes o pequeños, en las casas no se hablaba, las paredes podían oir, a callar, a callar era el lema y de todo era testigo el Nansa, ellos no sabian nunca de que se les acusaba pero en los tiempos que corren podia ser de cualquier cosa por peregrina que pareciese nos dice, "todos llevan el miedo en el cuerpo". y todos sufrian la humillación porque "la humillación es la humillacion" y "las miserias humanas afloran, ya sea por malos quereres o envidias, y algunos aprovechan la coyuntura para eliminar al causante de su malestar o rabia".

Que bonito analizar todo esto que nos dice la autora porque quizás El Valle del Nansa, en ese silencio interior no es diferente a otros lugares, y cada cual sufre lo suyo y aunque no todos se exponen de la misma manera realmente las consecuencias son las mismas.

Ser testigo "El Nansa" significa que el valle, el río, sabe que ocurrió así, lo que el libro publica, que siempre se ocultan las historias, se siente esa vergüenza de no querer mirar el pasado, ni saber, ni hurgar en las heridas, y se quiere mirar hacía adelante pero Argentina Cueto aporta datos para recuperar y dar a conocer el sentir de esa gente, no se puede entender el Valle sin exponer lo que fue porque vivian con la cabeza baja nos dice, no vivian con perspectiva de futuro, fueron testigos de haber sufrido y en una conciencia colectiva comportamientos perversos y depravados, fueron victimas de hechos inconcebibles. Un drama verdadero que trae consecuencias porque hay tantas pérdidas que no se pueden recuperar y a veces aún viviendo ni la propia identidad, el Nansa fue testigo de ese horror.

"Las denuncias existian, fuera o no real la acusación, con el consiguiente castigo. Las mujeres eran especialmente maltratadas, bien por sus ideas, o bien por ser las esposas, hermanas o madres de aquellos que consideraban el enemigo. A ellas se las bejaba con saña, primero les rapaban el pelo, despues venia la purga con ricino y se las sacaba a pasear al pueblo mientras las heces les rondaba piernas abajo. Para mas humillacion, las ponian a fregar de rodillas los suelos".

Afecta a todo y se produce una desorganización de todo, el maltrato, la violencia, la deshumanización y la pérdida y el Nansa lo sabe, con su silencio y sigue su curso, su recorrido, como lo hacen los ríos pero también los humanos, quitando esas espinas porque para los que están la vida sigue, como el curso del río, y se tienen que motivar y aqui como el Valle del Nansa que al contemplarlo es como sonreir, ver los árboles, el río, esa sensación de escuchar lo que nos dice, de silencio y de bienestar que tiene la montaña, y la autora nos lo hace saber que también se resintió en su día, se asentaron allí y construyeron, derribaron árboles, demolieron raíces y que todo vuelve a su cauce y continua, y se vuelve a construir, la ferrería, el harenero, la fragua, todo sigue ahí, intacto, para verlo y conocer su historia, las costumbres ancestrales, lo trascendental y lo mítico donde la mano del hombre y el pensamiento se une a la naturaleza. Se atesora esto, todo un conjunto histórico, cultural y artístico es parte de las familias y aunque muchas hayan desaparecido y no estén se puede conocer su historia. Siempre se habla de una sociedad mejor, de progreso, de respeto, y de respetar el medio ambiente, el entorno, lo que hay pero el Nansa sabe que para la mayoria de la gente los tiempos pasados no son tan idílicos ni fueron mejores, que consideran que habian hecho una vida, comenzado de cero y que presentan los hechos para un futuro mejor, tal fueron los casos que presenta la autora, y que jugaron un papel importante, yo aqui vuelvo a los casos de la escuela y los comparo, aún sin parecer que tengan relación, pero la tiene, porque lo expone como se expone el silencio de las sillas, de la escuela, de los pasillos, lo oculto, quizás por la división ideológica de todo el siglo XX pero la labor del docente como el de la naturaleza, la del ecologista hoy en día es preservar la naturaleza, lo que hay y ponerla a salvo frente a las perturbaciones ocasionadas porque hay efectos que provoca, tanto en las organizaciones, como en el ser humano y siempre hay victimas, y así esta organizado el mundo, los posicionamientos, la crueldad cometida en esas familias, el cuestionamiento de las políticas y de las ideologías, los daños que sufren las personas y la naturaleza, es aqui interesante tanto la naturaleza como la sociedad como lo humano. Realmente si las personas tienen que ser íntegras y sabias es porque presentan esa alternativa quizás, de olvidarlo todo, ese daño pero la naturaleza es testigo, tiene esa sensibilidad y nos sirve de ejemplo.

Para finalizar dar las gracias por este libro tan bonito, esa portada idílica y comentar que la apuesta siempre está en la educación, que funciona como la primera respuesta para prevenir y crear conciencia, para mantenerse respetuosos ante la naturaleza, ante la cultura, la sociedad, ante el conjunto de todos y cada uno de los contenidos y programas, y ante lo que nos atesora la vida con las familias, los manuscritos, los documentos, con los libros, las bibliotecas, las actividades, las rutas, con todo el recorrido en este caminar, el de cada uno y el peso que cada uno lleva, el respeto por el otro, la manera de ser y actuar, la personalidad e identidad de cada uno que es todo como el Valle del Nansa, con esa panorámica que posiblemente sea de las más bellas de Cantabría y que discurre así como la de Asturias, los Picos de Europa que son como un paraiso de belleza y de una notable riqueza natural e histórica donde muchos de sus parajes son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y donde lo que resta es conocerlos, visitarlos, ver los museos, las demostraciones que se realizan en los mismos de los oficios y así recordar la historia, contemplar la belleza y disfrutar de las excursiones y rutas, ver que queda esa riqueza patrimonial, cultural, paisajística que ofrece el Nansa y que sabe de lo que fue testigo y el costo de todo esto y que la escuela tiene esas implicaciones, tiene que dar a conocer ese pasado, los contenidos en cada área y promover una educación y concienciar acerca del respeto hacia los otros, asumir que todos somos responsables como miembros de una familia, de la escuela, de la sociedad, de la naturaleza y del mundo.