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Felices fiestas. Por un 2023 limpio



Comparto con vosotros un libro que llegó a mis manos, muy bonito y que viene muy bien para estas fiestas. Buscar en él aquella receta especial que elegimos para las celebraciones. Se titula "Cocina de las mujeres de Allande. Recetas que nuestras madres y abuelas nos transmitieron". Es una herramienta muy útil para estos días. La presentadora del texto "Ilia García Lacera" Presidenta de la Asociación de Mujeres "Río Nisón" nos dice que es muy emocionante abrir un libro así, lleno de recetas, elegir la ideal en esos momentos.


Las recetas que nos dejaron estas mujeres son entrañables, atesoran tradiciones de la familia, guardan secretos vividos en común. Nos traen el recuerdo del olor, del sabor, del placer y de la habilidad de nuestras abuelas y madres para dar de comer a tanta gente, nada se les ponía por delante, como bien nos dice Ilia García Lacera, muchas hacian magia, porque realmente cocinaban con lo que tenian a su alcance. Nos daban una de cal y otra de arena, un poco de sal y un poco de azúcar, amargo y picante, lo que disfrutas con cada sabor, y cuánto tiempo lleva hacerlo, preparar todos los ingredientes, mirar las mediciones, ellas nos decian muchas veces para las cantidades como dice la presentadora en el texto "un puñadin", como tu veas, y si faltaba un ingrediente lo sustituian por otro. Utilizaban la cocina de carbón o de leña e iban haciéndolo todo lentamente.


Nuestras madres y abuelas merecen ser consideradas a la altura de las grandes chefs, son la herencia de un laborioso trabajo, de una gestión sumamente importante como es "la cocina". Es algo fundamental en una casa. Especies, plantas como la albahaca, huevos de gallinas contentinas, la presencia y la elaboración del pan, la fabada, los guisos, verduras, carnes, pescados, los postres que nos dejan las mujeres del libro significa recuperar parte del patrimonio de la gastronomía de Allande, quedando constancia que ellas saben de platos, de campo, de huerta, siendo un agradecimiento a la gente del lugar y es un reconocimiento para ellas, para todas las mujeres que mejoraron a sus gentes, y nos transmitieron las costumbres, los secretos, en busca del bienestar de los suyos y de los nuestros, son sentimientos compartidos porque la cocina es salud, emerge de los sentidos y estas mujeres no se rendían, son gigantes de la cocina.


Estas fiestas están llenas de sentimientos y nos recuerdan la importancia que tienen los alimentos, tanto del espíritu como del alma, de la mente y del cuerpo, todo es complementario. Son cuatro partes, cuatro tiempos, como los diferentes ritmos de la vida pero en realidad el tiempo de la vida real es uno. Estamos en tiempo de Navidad, de resaltar lo bueno, de estrechar lazos y de sentarnos juntos a difrutar de una buena mesa, teniendo en cuenta el significado cultural, y lo que suponen estas reuniones para la familia.


Las mujeres de Allande nos invitan a disfrutar de este guión gastronómico de carnes, pescados y postres, un buen potaje asturiano, un rollo de carne, un solomillo de hojaldre, pito del corral, jabalí con patatines, les cebolles rellenes y el repollo relleno de pollos tan típico de Pola de Allande. Teresa Fernández de la Cera nos deja la receta y la de patatas con setas y carne, con ese poco de pimienta y pimentón, el pastel de bacalao y langostinos, polvorones, nevaditos, canelones de frixuelos, el típico arroz con leche, tarta de manzana, la venera que es un típico postre hecho con almendras, e incluso las bollas de pascua de Edelmira de la Cera, que aunque son típicas de pascua se saborean en cualquier momento.

Edelmira de la Cera nos dejó hace dos años, un mes de diciembre, en plena pandemia, no sin antes proponer sus recetas, que tiene muchas y que pasó a su hija y nieta, le gustaba mucho cocinar, ya su madre era una excelente cocinera, participaba con sus exquisitos platos en las fiestas del pueblo, en bodas y banquetes, haciendo posible ese vínculo que se tiene con toda la familia, con los amigos y la gente del lugar, estrechando así lazos y confraternizando con ilusión y armonía. Me lleva su recuerdo a mi abuela, a mi madre, a mi suegra y su madre que nos transmitieron esa cultura, la que hoy se hace indistintamente a hombres y mujeres ya que hay muchos hombres chefs, pero esto es reciente, antiguamente la cocina era cosa de muyeres, como si a los hombres no les gustase cocinar, solo comer. Hoy en día, parece ser que los hombres tienen las estrellas michelin, están en los puestos más altos en el ranking, existe la educación gastronómica, ese mimo por la cocina, no obstante se sigue insistiendo en la cocina femenina, la de las abuelas y madres que la hacían para nutrir a toda la familia y con lo que tenían, para cuidar a los suyos, como salud, era también maternal, como el amamantar, pensado quizás en clave de asumir las responsabilidades y hecho con mucho encanto y amor, con mucho cuidado. Hoy en día cocinan igual hombres que mujeres, es una tarea de cada uno ya que cada uno come, se alimenta, tiene su propia vida y se cuida asímismo. Hoy en día todo se hace de otra forma, cada uno tiene que conocerse a sí mismo, su sistema de regulación, saber lo que necesita en los distintos sistemas y en las diferentes etapas de la vida, hombres y mujeres tienen su espacio, su vida de trabajo, de familia, de relaciones, de ocio. La vida ha cambiado mucho en las distintas esferas y en aspectos de salud y educación. Una de las dificultades son los hábitos alimentarios saludables que se transfieren a otras generaciones y que son un signo de identidad ligado al lugar, al clima como es el caso del libro y que siempre hay que mejorar.


Este año podemos aprovechar estas recetas como calor de hogar, con el pensamiento de disfrutar y estar juntos agusto, como homenaje a Edelmira y a tantas mujeres, especialmente a las de mi familia que me transmitieron el placer de ese calor humano de compartir, de que cada uno experimente la satisfacción del plato, aprovechar estas pequeñas cosas, de saber ser agradecidos, de mirar más allá , de saber compartir un plato, una sonrisa, un sueño, saber encontrar esa luz, saber vivir y hacerlo como nos gusta, apreciando lo que tenemos y con aquellos que queremos, vivir así la intensidad del hogar. Ver lo que nos quiere decir cada cosa, la mesa bien puesta, los elementos decorativos, elegir todo lo adecuado, que vaya con nosotros, la dieta más nutricional y saborearla.


En Navidad, en una primera opción, podemos plantear los primeros platos, entrantes que nos proponen algunas mujeres como Alicia González que nos da el secretos de la ensalada de calabacín, unas croquetas de cecina de Alicia Rodriguez, los canelones de Flora rellenos de bonito. Para que todo vaya perfecto podemos colocar los platos en bonitas bandejas y vestir un poco la mesa acompañando a la misma con cualquier elemento decorativo como pueden ser las flores, o algún que otro adorno navideño, las servilletas, copas y cubiertos, unas velas y con imaginación y un buen menú siempre se puede ser un buen anfitrión.


De segundo plato hay muchas y variadas opciones. el pito de corral y la carne asada de Cuni, el solomillo en hojaldre con queso de oveja y cebolla caramelizada de Delia, el pernil asado y les cebolles rellenes de Elena, el rollo de carne de Ester o el de Carmen ambos rellenos de tortilla con pimientos y jamón, la lengua estofada de Isabel, las manos de cerdo de María Haydee, el jabalí con patatines de María Manuela, los callos de María Jesus, la carne guisada de Vidalina, les patatines con setas y costilles y repollo relleno de Tere, son opciones perfectas,


Otra alternativa sería el pescado fresco que plantea Carmina, el pastel de bacalao y langostinos de Delia, el bacalao con patatines de María Manuela, el pastel de bonito y las verdinas con merluza y langostinos de Pili.


Los postres, son siempre el broche de oro, y generan mucha espectación, la propuesta estaría en el brazo de gitano de Amelia Losas y de Verónica Allande, la venera de Ángeles Fernández, o de Celina, las torrijas de Angelines, la tarta de manzana de Celia, las maravillas de Dolores, las bollas de Edelmira, las roscas de María Rodriguez, el roscón de Eva, el salchichón dulce de Fifi, el arroz con leche de Loly, las galletas de avellana y los nevaditos de Luisa, los canelones de frixuelo de Marta, los polvorones muy típicos en estas fechas de Carmen, las mantecadas de Manuela, la tarta de zanahoria de Isabel con queso y vainilla, con muy buena pinta aunque distinta a la que me dejó mi madre que realizo a menudo que lleva bollos suizos, el bizcocho de nata de Marcelina, la empanada de manzana de Marina Rodriguez, el queso de prensa de Marina Suárez muy parecido a la receta que me dejó mi suegra que se llamaba "leche prensa" y que nos gusta mucho, los filoyos de María Villanueva, los bollinos de Nata de Maruja, el bizcocho de avellanas de Otilia, los canutillos de Pilar, las galletas quirosanas de Rocio, la tarta de coco y de avellana de Rosa, las rosquillas de Salomé, la tarta de queso y el brazo relleno de crema de queso de Verónica.

Pola de allande está en el occidente de Asturias y tiene sus ingredientes típicos, el repollo relleno que plantea Tere es típico solo de esa zona que marca la diferencia de otras, en esa zona se utiliza más la carne y de calidad, las setas y los dulces al ser de montaña.


Nos dejan estas mujeres las propuestras de sus ancestros con una interesante y magnífica gastronomía además de aportar los secretos de cocina de una forma altruista y generosa, solo nos queda agradecerles tan noble gesto y poder aprender y realizar estas recetas planteando alguna para estos días. Nos dejan sus métodos, y están tan bien explicados que no importa el grado de práctica que se tenga sino que solo tenemos que ponernos el mandil o delantal, disponer de los ingredientes y del tiempo necesario que nos indican, y seguir los pasos, seguro que no salen igual pero sí nos podemos sorprender de su acabado, y de nuestras propias dotes culinarias, si es solo ponerse y querer hacerlo. Se ve aquí que el glamour y la sencillez son compatibles, y que podemos disfrutar a través de estas recetas de muy buenos menús y elegir el que nos parezca más apetecible para el paladar familiar, el más saludable, o el que nos guste o convenga para estas fiestas.


Para finalizar os dejo una postal para felicitaros las fiestas, y desearos un feliz año 2023. Que cada dia, cada mes, los doce meses, los 365 días estén llenos de salud, esperanza, paz, armonia y felicidad, que todos y cada uno de nosotros podamos mejorar nuestro estilo de vida, nuestra economía, nuestra salud, que podamos mejorar en todo y especialmente en ser buena gente. Una buena prosperidad para todos y que todo nos vaya bien, que podamos rodearnos de los seres queridos. Da igual que nuestros deseos los escribamos a Papa Noel, a los Reyes Magos, al amigo invisible, que cada cual escriba y lo haga según su cultura, tradiciones o costumbres, o que escriba su petición a alguien en concreto, a aquellos a los que nos quieren, en un blog, hace ilusión reflejar los deseos, manifestar ese agradecimiento por el apoyo, la ayuda, por todo el año, por habernos tenido en cuenta.


Gracias a todos los que habéis seguido el blog, por la confianza depositada. Lo más curioso es cuando nos enfrentamos a esas causas que quizás no teniamos en cuenta, no eran nuestras pero que han hecho nuestras aquellos que nos han dejado. Este hecho no siempre lo aceptamos, ni lo vemos como un agradecimiento, a veces nos enfada, porque significa siempre luchar, dar respuestas a situaciones, lo vemos quizás como una empatía que no queremos, porque no era nuestra causa, y en cambio significa tener en cuenta, apoyar, ayudar a que cumplan los deseos otros o eran las causas de los que se han ido, el legado que nos han dejado. Nadie nos dijo que la vida fuese fácil. Es aquí dónde somos materiales, es necesario como las recetas para la vida, para la sostenibilidad, para protegerse, alimentarse, guardarse del frío y no es que nos queramos refugiar en lo cómodo, en lo no político, ni en lo anárquico, es que vivir realmente es complicado, lleva tener bienes de necesidades básicas y nos obliga a incorporar a nuestras causas otras y aceptar como en los alimentos lo que no nos gusta, y a la vez facilitar nuestro saber y nuestros secretos como lo hacen las mujeres del libro brindándonos sus recetas de forma altruista y dar las gracias a los ancestros.


Cada uno vive en su propia selva, ya no es esa selva natural de la que partimos, tenemos nuestro propìo sistema de funcionamiento, de confort y hay causas que no queremos, nos oprimen, nos presionan, queremos vivir, mejorar nuestra propia realidad, queremos ayudar a gente que sufre, causas injustas y no siempre se puede. El espíritu está en esta selva salvaje y queremos tener esa esperanza, esa fe, esa confianza de que todo va a mejorar, sobrevivir a las realidades, no proyectar locuras, ni ser animales hambrientos, ver la crueldad de muchas realidades, y tener esa fortaleza de superar muchos momentos, e intentar que nos guste la propia realidad, nuestra propia historia, ver lo que tiene de bueno, lo bonita que es, sentir que entre las causas que depositaron en nosotros, la herencia que nos dejaron fue esta, la de mejorar una misma y así hacerlo el árbol. Esta fue en sí mi herencia, la de estudiar y aprender, la del ejercicio, la de gestionar y la de compartir procesos con los míos, la familia, con los amigos y como hago a través del blog, a veces es suficiente recordar lo bueno que había en cada uno y no darle valor a otras muchas cosas.




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